Bien es cierto que no se trata de nada nuevo el destacado aspecto mental de Pedro Martínez en cuanto al entendimiento del baloncesto en todas sus vertientes. Sin embargo, las últimas declaraciones del entrenador catalán son dignas de presentar y analizar.
Hay una diferencia grande entre lo que es la exigencia y lo que es el perfeccionismo. El perfeccionismo es una mierda y así de claro lo digo. El perfeccionismo te hace ser infeliz y estar siempre pensando en que lo deberías haber hecho mejor. Y no. No puede ser. La perfección no existe. El baloncesto es un juego de errores en el que si cometes muchos y el rival comete menos vas a perder. Sí, es así. Pero si cometes muchos errores, te esfuerzas mucho, juegas muy concentrado y no te das por vencido, puedes ganar.
El contexto de esta respuesta del técnico taronja está en la consecución de la primera victoria de Valencia Basket tras haber sufrido una derrota en la primera jornada, lo cual le sirvió para volver a recalcar en la necesidad de tiempo y paciencia. Dos puntos que en el deporte de élite no son muy fáciles de tener en la cabeza de forma permanente, y en este caso el baloncesto tampoco se libra.
En cuanto al aspecto más específico referente a Valencia Basket, es precipitado sacar excesivas conclusiones de un primer partido en el que la diferencia fue muy reducida y el duelo se decidió en pequeños detalles. Más aún si cabe teniendo en cuenta la grandísima plantilla con la que cuenta el cuadro taronja, de quien se espera una buena posición en Liga Endesa y llegar a los partidos finales de Eurocup. Por ello, Pedro Martínez fue cauto y sabio recordando que «hay cosas que mejorar», pero sin entrar en preocupaciones desmesuradas.
No menos importantes son las declaraciones en cuanto al baloncesto en sí se refiere. En ocasiones, el nivel de exigencia que se lleva a cabo en una gran cantidad de jugadores desde las categorías de formación es un arma de doble filo. A la vista está el notable aumento de casos de problemas de salud mental por saturación y dificultad en cuanto a la gestión de las situaciones. Tal vez, en incidir en la importancia del esfuerzo y la concentración, pero sin sobrepasar la delgada y delicada línea de la obsesión y la perfección, como explica Pedro Martínez, está una posible solución.
