No está siendo el mejor inicio de temporada para un Baskonia que no registra balance positivo en Liga Endesa ni en Euroliga. Menos victorias de las esperadas para el conjunto dirigido por un Pablo Laso que, tras el último tropiezo en competición europea, puso el foco en la energía del equipo.
La derrota ante Anadolu Efes en Euroliga y la victoria in extremis la pasada jornada de Liga Endesa ante Hiopos Lleida ha evidenciado una semana más el difícil momento que está atravesando el cuadro vitoriano. De hecho, si no llega a ocurrir el triunfo mencionado, estaríamos hablando de que serían cinco las derrotas consecutivas de Baskonia sumando ambas competiciones. Algo complicado de entender teniendo en cuenta la calidad del equipo tanto en los banquillos como en la pista.
«Un punto de energía»
Así pues, el entrenador, visto siempre como el máximo responsable, explicó a la prensa uno de los motivos de esta situación: «Cuando juegas con poca energía has de tener talento físico hasta cierto punto, y hoy estaba claro que íbamos por detrás de ellos. En líneas generales nuestro inicio no ha sido bueno, nos faltaba un punto de energía en cuanto a llegar tarde. Nos han pitado muchas faltas y no hemos tenido la sensación de control del partido».
La exigencia del calendario
Dicha energía está estrechamente liga a la gestión de tantos choques seguidos, algo a lo que también ha querido referirse Pablo Laso: «Los segundos partidos en esta semana de doble jornada suelen ser muy complicados a nivel físico y a nivel mental. Se tiene muy poco tiempo de recuperación y de preparación. Creo que ahí es donde deben prevalecer los básicos de tu equipo y donde debes estar muy atento a cada situación. Donde no llegan las piernas debe llegar el cerebro».
Sin embargo, el calendario que tiene por delante Baskonia no es nada fácil: Mónaco, Olympiacos y Zalgiris para acabar el mes. Afortunadamente, las ventanas darán cierto respiro al equipo durante una semana, pero después llega un tourmalet que cierra el año: 11 partidos en 29 días. Será clave, como bien dice el técnico vitoriano, que los cerebros de los jugadores estén a pleno rendimiento, porque tal vez, las piernas no lleguen a todo lo que deseen.
