Después de un Clásico europeo que quedará guardado en la retina de todos los aficionados culés y blancos, el Real Madrid podría volver al nivel esperado sobre todo en Euroliga. Dos prórrogas y un sinfín de canastas definitivas decantaron la balanza hacia el lado madridista, siendo imprescindibles las aportaciones de Facundo Campazzo y Walter Tavares.
50 minutos de excepcional baloncesto brindaron esta jornada de Euroliga tanto FC Barcelona como Real Madrid. En esta ocasión, el cuadro dirigido por Chus Mateo fue estuvo más acertado en los momentos en los que la pelota más quemaba. Facundo Campazzo, Mario Hezonja y Walter Tavares fueron los protagonistas en estas situaciones. Jugadores de galones, serenidad y una calidad única para marcar la diferencia.
Yo por ti, tú por mí
El enfrentamiento entre los dos equipos más grandes del baloncesto español tuvo absolutamente de todo. Como si de un un yoyó se tratase, cada uno de los conjuntos dominó un cuarto. Con protagonista mediante. En el primero se desató Rathan-Mayes y un Real Madrid con gran acierto desde el triple. Sin embargo, contrarrestaron los de Joan Peñarroya por medio de un extraordinario Jan Vesely, anotando canastas de todos los colores, pero haciéndose fuerte desde su media distancia.
Con un marcador muy ajustado al descanso, volvieron a apretar ambos conjuntos tratando de adquirir la mayor ventaja posible. En estos momentos, apareció Darío Brizuela para organizar los ataques y Kevin Punter para finalizarlos. Intentó el Barça escaparse en el choque, pero no se lo permitieron los jugadores blancos. Al contrario que en otras ocasiones, mantuvieron la concentración y se sintieron cómodos luchando a rueda. Tanto, que el empate llegó con otro triple inverosímil de Facundo Campazzo. De regalo, una prórroga que acabarían siendo dos.
Las prórrogas volvieron a sacar la mejor versión del Real Madrid. Supo defender al cuadro blaugrana y forzar a reiterar sus lanzamientos exteriores. Y en ataque, ejecutaron excepcionalmente el ataque sobre la zona 3-2 que plantó Joan Peñarroya. De este modo, con una buena lectura para cometer las faltas al estar en bonus, los de Chus Mateo se acabaron llevando 90-97 el encuentro en el Palau Blaugrana.
Una buena dosis de confianza
Pocas victorias han podido saber mejor en la disciplina madridista. Un enfrentamiento como este, que llevaba marcado en el calendario desde principio de temporada, acabó resolviéndose de la mejor y más épica manera posible. Y más con el contexto al que llegaba este Real Madrid: con balance negativo en Euroliga y un mes de diciembre frenético. Ahora, en cambio, van a tomar en la capital esta victoria como punto de inflexión para volver al Top-6 europeo y al Top-2 en Liga Endesa, logrando así los objetivos de evitar PlayIn y obtener ventaja de campo.
